Un informe presentado por Puertas Abiertas durante la Asamblea General de la Asociación de Evangélicos en África (AEA), celebrada en Nairobi entre el 20 y el 23 de mayo, reveló un panorama creciente de persecución religiosa en el continente, especialmente en el África subsahariana. Según la organización, más de 16 millones de cristianos se han visto obligados a abandonar sus hogares en el último año, víctimas de la violencia, la discriminación y el desplazamiento forzado.
“El escenario se está volviendo insoportable”, dijo Joshua Williams, director de Servicios para África de Puertas Abiertas, al comentar los datos durante el evento. Advirtió sobre más de 35 conflictos armados activos en varias partes de África, que han alimentado la inseguridad y los desplazamientos continuos. “Muchas comunidades viven con miedo constante, sin poder regresar a sus hogares debido a la falta de justicia y protección estatal”, dijo.
La organización también ha denunciado que grupos extremistas, como Boko Haram y el Estado Islámico de África Occidental (ISWAP), se encuentran entre los principales responsables de los ataques contra comunidades cristianas. Solo en Nigeria, 15.000 iglesias han sido destruidas en los últimos 20 años, sumándose a las 19.000 iglesias destruidas en todo el continente en el mismo período.
Durante una reciente visita a un campo para desplazados en Nigeria, Williams fue testigo de la realidad a la que se enfrentan miles de mujeres y niños, muchos de los cuales viven sin sus padres o maridos, asesinados por negarse a negar la fe cristiana. “Es una persecución silenciosa pero descarada”, declaró.
El informe de Puertas Abiertas también llamó la atención sobre el subregistro oficial del número de personas desplazadas. En el estado de Plateau, por ejemplo, mientras la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) registra alrededor de 54.000 personas desplazadas, las entidades locales señalan que esta cifra podría superar las 100.000. “Esto muestra la urgencia de mejores metodologías y más recursos para abordar la crisis”, dijo Williams.
A pesar de la tragedia, el informe señala signos de esperanza. La Misión identificó el surgimiento de una “iglesia emergente” formada por ex cristianos musulmanes, especialmente en Somalia y Sudán, donde más de 5 millones de creyentes practican la fe clandestinamente. También según los datos presentados, solo en 2024 fueron asesinados 4.500 cristianos en la región del Sahel, con 114.000 desplazados, 16.000 viviendas destruidas y 1.700 iglesias atacadas.
En este contexto, Puertas Abiertas lanzó, en colaboración con la AEA, la campaña Levántate África, con el objetivo de movilizar a los cristianos de todo el mundo a través de la oración, las acciones de concienciación y la defensa de la libertad religiosa.
Durante la asamblea, Janet Epp Buckingham, directora de la oficina de Ginebra de la Alianza Evangélica Mundial, reforzó el papel de la incidencia como instrumento de transformación. “Necesitamos líderes como Ester y Daniel”, dijo, aludiendo a figuras bíblicas conocidas por su acción estratégica ante las autoridades. Hizo un llamado a los líderes evangélicos africanos para que busquen canales de diálogo con los gobiernos y otras tradiciones religiosas para garantizar los derechos de las comunidades cristianas.
“Frente a este escenario devastador, la solidaridad global y la acción coordinada son más urgentes que nunca”, concluyó Williams, según informó.